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A pura garra y oficio Sabina volvió a conquistar al público uruguayo


A pura garra y oficio Sabina volvió a conquistar al público uruguayo

Joaquín Sabina sacó de la galera su probado oficio escénico, se apuntaló en el eficiente desempeño de su banda, y pegó directo al entusiasmo incondicional de la multitud que llegó anoche el Centenario.

A las 21 horas en punto, los músicos fueron entrando de a uno al escenario, acompañados por un sonido de acordeón delicadamente evocativo, lleno de tonos mediterráneos. Cuando el ingresó "el flaco de Úbeda", el delirio estalló en la Olímpica y la platea montada sobre la cancha.

"Tiramisú de limón", el corte de difusión de Vinagre y rosas (2009), inauguró una lista de canciones que recorrió parte de este nuevo disco y logró los momentos más altos con títulos clásicos como "Medias negras", "Peor para el sol", "Por el bulevar de los sueños rotos".

Sabina controló al máximo sus movimientos en la escena e hizo gala de su habilidad para prodigar guiños hacia Montevideo, sus íconos populares (como Jaime Roos, a quien le agradeció su presencia en la platea y le dedicó "Cristales de bohemia") y las mujeres. Sin embargo, el desgaste de la gira y una indigestión que lo traía mal desde temprano no demoraron en hacer mella, y allí jugó con su principal carta musical: la banda que lo acompañaba.

Con el veterano Pancho Varona en el bajo y como histriónico puntero derecho, los músicos lo apuntalaron en todo momento para que el confesado malestar no hiciera naufragar el show. Y lo lograron con gran profesionalismo, apostando a otras dos figuras clave: el virtuoso multiinstrumentista Antonio García de Diego y la cantante Marita Barros, que deslumbró (especialmente al público masculino) con su carisma, una voz versátil y seductora, y sus generosas curvas.

Tras la roquera versión de "Princesa", el público puso toda su energía (y su delirio) para que Sabina no abandonara el escenario. Y obtuvo su recompensa: cuatro generosos bises que terminaron con la emotiva interpretación del vals "Y nos dieron las 10", que puso a bailar a todos.

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