Punta del

MALDONADO | MARCELO GALLARDO

En los próximos días se definirá el futuro del paradigmático hotel San Rafael de Punta del Este. Desde hace unos siete meses, al menos cuatro grupos de inversores presentaron a la firma propietaria propuestas de compra y de alianza.

Algunas de las posibilidades que se encuentran sobre el escritorio de la responsable del hotel, la empresaria Yolanda Manoukian de Merlo, son: desde una alianza para la explotación conjunta del complejo hasta la compra del edificio y del predio en US$ 32.000.000. Las propuestas incluyen el aprovechamiento inmobiliario del enorme terreno que alberga el complejo frente a la playa Brava.

Un rumor sobre la venta del complejo en US$ 35.000.000 - que circuló el pasado sábado en diversos ámbitos del balneario- fue desmentido ayer por la empresa.

Manoukian de Merlo pilotea las negociaciones con los inversores y analiza junto a sus colaboradores por cuál propuesta se definirá, a más tardar, la semana entrante.

"La mejor propuesta para Punta del Este, para el hotel y para sus propietarios será la ganadora", dijo ayer una fuente consultada por El País, al adelantar que no se trata sólo de un tema de dinero.

Entre los interesados se encuentran inversores y desarrollistas inmobiliarios europeos, estadounidenses y argentinos, que no sólo manifestaron su interés por hacerse del emblemático hotel sino que abrieron líneas de negociación con la Dirección General de Casinos del Estado a los efectos de montar en ese lugar una sala de juego bajo el régimen de explotación mixta. Uno de los empresarios quiere concretar la inversión necesaria para habilitar en ese predio un casino privado como el del Conrad, con una inversión de varias decenas de millones de dólares.

El complejo tiene una superficie construida de 15.000 metros cuadrados, que ocupa un predio de 2.5 hectáreas sobre la rambla Lorenzo Batlle Pacheco de Punta del Este, en una de las zonas del balneario más valorizadas desde el punto de vista inmobiliario.

El hotel tiene 130 habitaciones, áreas de esparcimiento abiertas y cerradas, restaurante, y un amplio parque con cancha de tenis y piscina. En el interior también cuenta con una pileta climatizada. La firma propietaria advirtió a los interesados que el edificio deberá mantener su tradicional aspecto, más allá de la reestructura que se podrá ejecutar para transformarlo en rentable y con mayor potencialidad de crecimiento.

En la actualidad se efectúan una serie de obras de reconstrucción y reparación del techo y de otras partes del edificio.

Fue inaugurado en 1948 por Fosara S.A.. En los primeros 10 años funcionó allí un casino privado. Por su boite "Le Carrousel" pasaron las mejores orquestas de la época. En los noventa perdió la sala de juegos, lo que generó una demanda de la propietaria contra la Dirección de Casinos del Estado.
El País Digital

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