Como todos los veranos, el visitante que pasea por Punta del Este no puede dejar de hacerse las mismas preguntas: ¿por qué una mano? ¿De quién es esa mano? ¿Para qué? ¿Cuándo?
“La Mano”, como se bautizó popularmente a esta obra plástica, se encuentra allí desde el verano de 1982. Ese verano, el artista chileno Mario Irrazábal llegó invitado para participar del 1er Encuentro Internacional de Escultura Moderna al Aire Libre llevado a cabo en la ciudad de Punta del Este. Durante todo ese verano, la costanera se convirtió en una especie de taller al aire libre donde artistas de distintos países se dieron cita y comenzaron a moldear lo que tenían en sus mentes.
Marioun chileno llegó con una maqueta y tuvo que improvisar el resto frente a obstáculos naturales como el viento y la arena, pero como positivo se puede decir que realizó su obra ante un paisaje paradisíaco. Tardó sólo una semana en completar su magnífica obra.
Aunque pierda algo del encanto que hoy tiene, podemos decir que los dedos de esta colosal mano fueron realizados con varillas de acero que luego se cubrieron con una malla de metal y con un material resistente al paso del tiempo y a la bravura del mar. Hoy, la mano de este amigo chileno es quizás uno de los íconos más referentes que tiene la ciudad de Punta del Este.
La preferida de los grafitis
Visita al monumento La Mano
Fotografiada por miles de personas y una de las postales preferidas a la hora de llevarse un recuerdo, la mano ha logrado llegar hasta nuestros días sana y salva.
Ha incluso permanecido estable ante grandes sudestadas, pero sin embargo no ha podido impedir que grafitos y aerosoles hagan poesía en sus largos dedos.
A partir del éxito que tuvo, muchas otras manos se han exportado del Uruguay al resto del mundo llevando a su autor a ser reconocido mundialmente. Parada 4 de la Brava es el hito geográfico donde comenzó esta simple pero interesante historia.
egamfer
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